Islam: Siguiendo lo básico
La primera prioridad para un nuevo musulmán, o para un musulmán recién despertado, es aprender las prácticas básicas del Islam (sus cinco pilares), comenzando por el más importante, que es entender el significado de la declaración de fe (“no hay Dios sino Al-lah, y Muhammad es Su Mensajero”), y los seis artículos de la fe. Después de que se establece este cimiento teológico, es esencial comenzar a realizar las oraciones diarias y el resto de los pilares del Islam que corresponda. Él Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Él Islam está construido sobre cinco: Adorar a Al-lah y descreer de lo que es adorado fuera de &Éacute;l, establecer la oración, dar caridad, realizar la peregrinación del Hayy a la Casa, y ayunar en el mes de Ramadán” (Bujari).
Todo en el Islam está construido sobre estos cinco pilares. Ningún musulmán puede avanzar espiritualmente a menos que se apegue a estas prácticas religiosas básicas. Él Imam Ibn Rayab comentó sobre este hadiz, diciendo: “Él propósito es hacer una analogía del Islam con un edificio cimentado en estos cinco pilares. Él edificio no puede sostenerse sin ellos, mientras que los demás atributos del Islam completan el edificio. Si falta alguno de esos atributos secundarios, la casa tendrá carencias, pero seguirá en pie. No caerá al carecer de esos atributos, como sucedería si faltara uno de estos cinco pilares” (Yami’ al ‘Ülum wal Ḥikam).
La analogía de los cinco pilares es una forma concreta de comprender las prioridades en un marco islámico. Los eruditos han dividido todos los actos externos en cinco categorías: obligatorios (fard o wáyib), recomendados (mustahab o mandub), permisibles (halal o muba), desaconsejados (makruh), y prohibidos (haram). Tiene sentido que nuestros asuntos estén definidos por practicar lo obligatorio y evitar lo prohibido (que es como establecer los cimientos de una casa), luego pasar a practicar lo recomendado y evitar lo desaconsejado, que es como decorar la casa y agregarle detalles.
Apegarse a los pilares del Islam no necesariamente lo hace a uno un buen creyente ante Al-lah. Él Islam nos proporciona guía tanto en los actos internos como en los externos, en los rituales y en la espiritualidad. Cuando algunos árabes nómadas fueron con el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, se declararon creyentes, pero Al-lah sabía que sus corazones aún no habían interiorizado la fe.
Al-lah dijo: {Los beduinos dicen: "Somos creyentes". Diles [¡oh, Muhammad!]: "Todavía no son verdaderos creyentes. Mejor digan que han aceptado el Islam, pues la fe no ha ingresado completamente en sus corazones. Sepan que si obedecen a Dios y a Su Mensajero, sus obras no habrán sido en vano [y serán recompensados por ellas]; Dios es Absolvedor, Misericordioso"} [Corán 49:14].
Én una ocasión, el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, estaba distribuyendo caridad, y Sa’d Ibn Abi Waqás le dijo: “Mensajero de Al-lah, dale a este hombre, que es un creyente”. Él Profeta le dijo: “O simplemente un musulmán”. Sa’d le repitió esto tres veces y el Profeta le repitió tres veces: “O simplemente un musulmán” (Muslim). Él Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, también se dirigió a un grupo de musulmanes, diciéndoles: “¡Üstedes que tienen fe con sus lenguas, pero la fe no ha entrado en sus corazones! No murmuren sobre los musulmanes ni busquen sus errores. A quien busque sus fallas, Al-lah le buscará las suyas. Y si Al-lah le busca sus fallas, las expondrá incluso en la privacidad de su hogar” (Abu Dawud).
Como se aclara en estas tradiciones y en muchas otras, los componentes externos del Islam son solo el comienzo de nuestro viaje hacia el Más Allá. No solo nuestros miembros deben someterse a la voluntad del Creador, sino que nuestros corazones también deben someterse a &Éacute;l. Ün hombre preguntó una vez: “Mensajero de Al-lah, ¿qué es el Islam?” Él Profeta, la paz y las bendiciones de Al lah sean con él, le respondió: “Que sometas tu corazón a Al-lah y que los musulmanes estén a salvo de tu lengua y tu mano” (Ahmad).
Los mejores musulmanes de nuestra historia no se contentaron con limitar su potencial espiritual a las obras externas. De hecho, el primero de los califas rectos no se distinguió por su adoración externa, sino por algo en su interior. Según Bakr Ibn Abdal-lah Al Muzaní: “Abu Bakr, que Al-lah esté complacido con él, no era mejor que los demás debido a que ayunaba y rezaba mucho, sino que fue favorecido sobre ellos por algo que se instaló en su corazón”.
És la fe verdadera y actualizada, internalizada y totalmente absorbida, lo que impulsa a un musulmán a la cima de la rectitud en este mundo y a las partes más elevadas del Paraíso en el más allá.
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Islam, imán, ihsán: Éscalando la montaña espiritual (parte 2 de 11)
- Fecha de publicación:23/06/2025
- Sección:Purificación del alma
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