El Islam y la poligamia I

16/04/2009| IslamWeb

La poligamia está definida en muchos diccionarios como: “Cualquier persona (hombre o mujer) que incondicionalmente se casa con un número ilimitado de cónyuges al mismo tiempo”.

 
Esto significa que el hombre o la mujer pueden casarse con un número ilimitado de cónyuges al mismo tiempo. En otras culturas y profesiones religiosas, el hombre puede casarse con un número ilimitado de esposas al mismo tiempo, por cualquier razón, sin ser restringido por ninguna condición. Tales prácticas están totalmente prohibidas en el Islam.
 
En el Islam, el hombre musulmán tiene el derecho de casarse con más de una esposa, pero este derecho está acompañado de condiciones muy serias. Estas condiciones son: la estabilidad económica, física y emocional; el trato igualitario a las esposas; que las mujeres no sean de aquellas que le han sido prohibidas al hombre de manera permanente (como sus tías, hijas adoptivas y otras que han sido especificadas en el Corán) o temporal (como casarse con dos hermanas al mismo tiempo); y que el número de esposas esté limitado a cuatro.
 
Por lo tanto, esta es una cláusula legal que puede ser entendida de manera apropiada en el contexto de la posición del Islam sobre este asunto:
 
Primero: en el Islam, la familia es considerada la piedra angular de la sociedad; cualquier relación extramarital es devastadora y dañina para la familia, y por lo tanto está estrictamente prohibida. La vida matrimonial es muy deseable en el Islam; el Islam considera el rol de la mujer como una respetable y honorable esposa, no como una amante secreta; mientras al hombre se le asigna el rol de un respetado y responsable esposo, que no se involucra en aventuras.
 
Segundo: el Islam y las leyes islámicas han sido establecidos para todas las épocas y para todas las circunstancias y situaciones; es por eso que se acomodan a todas las posibles situaciones, tanto individuales como sociales.
 
Tercero: en el Islam, cada hombre musulmán debe tener una esposa, y cada mujer musulmana debe tener un esposo.
 
A pesar de que esto pudo haber sido abusado en ciertas épocas y lugares, la poligamia puede tener una función muy valiosa en ciertas circunstancias; en algunas situaciones puede ser considerada como la menor entre dos situaciones difíciles, y en otras puede ser incluso un acuerdo beneficioso.
 
El ejemplo obvio de este caso se ve en tiempos de guerra, cuando inevitablemente queda un gran número de viudas y huérfanos en la soledad, sin amor, sustento, cuidado ni protección.
 
Si bajo estas circunstancias se mantiene la ley de que un hombre sólo pueda casarse con una esposa, las otras mujeres serían privadas de tener una familia la cual incluye un esposo amoroso, un compañero de por vida, hijos y un padre para sus hijos. ¿Qué opción les queda a estas mujeres que no tienen la oportunidad de contraer matrimonio? Ellas tendrán que mantenerse solas o ser parte de una relación ilícita.
 
Muchas mujeres no estarían conformes con ninguna de estas dos opciones. Una amante es sólo una segunda esposa no oficial, que no tiene derechos legales ni seguridad, ni para sí misma ni para sus hijos. El hecho es que esas mujeres bajo esas circunstancias preferirían compartir un esposo a no tener ninguno; no hay duda que es fácil compartir un esposo cuando esta es un una práctica establecida y legal, que cuando es llevada secretamente con la intención de engañar a la primera esposa.
 
Existen otras situaciones cuando esta clase de práctica es preferible para todas las partes, como cuando la primera esposa padece de una enfermedad crónica, si no puede tener hijos o si una mujer no puede ganarse el sustento y necesita de apoyo emocional y financiero.
 
Estos ejemplos son mencionados aquí porque la gente asume que la poligamia en el Islam tiene el objetivo de satisfacer los caprichos de los hombres musulmanes, y no la ven como una solución real para ciertos problemas sociales.
 
La primera aleya del Corán que permitió esta práctica, fue revelada inmediatamente después de la batalla de Uhud, en la cual cientos de hombre musulmanes habían muerto, dejando viudas y huérfanos cuya protección era la responsabilidad de los hombres musulmanes sobrevivientes.
 
Al-lah, Alabado Sea, Dice (lo que se interpreta en español): {Dad a los huérfanos sus bienes [al llegar a la pubertad]; no os quedéis con aquello sobre lo cual no tenéis derecho, y no os apropiéis de sus bienes agregándolos a los vuestros; porque es un gran pecado. Si teméis no ser equitativos con [las dotes de] las huérfanas, entonces casaos con otras mujeres que os gusten: dos, tres o cuatro. Pero si teméis no ser justos, casaos con una sola o recurrid a vuestras esclavas. Esto [casarse con una sola mujer] es lo recomendable para evitar cometer alguna injusticia} [Corán 4:2-3].
 
En estas aleyas, se evidencian varios factores:
 
  1. Esta permisión no está únicamente asociada con la mera satisfacción o pasión; en cambio, está asociada con la compasión hacia las viudas y los huérfanos, un tema que es confirmado por las condiciones en las cuales estos versos fueron revelados.
  2. Tratar justamente a la esposa es una obligación en el Islam. Esto se refiere a la vivienda, comida, trato bondadoso, etc.; por tanto, significa que el esposo tiene la misma obligación hacia todas sus esposas y todos sus hijos sin ninguna discriminación.
  3. Si uno no está seguro de poder ser justo con ellas, entonces el Corán hace la clara advertencia al hombre musulmán de que se case sólo con una esposa.
La poligamia es mucho mejor y más honorable que el hecho de que un hombre tenga amantes secretas o se involucre con prostitutas (adulterio). Esta práctica también es mucho mejor que los casos donde el esposo se divorcia de su esposa si esta se enferma y se casa con otra.
 
El requisito de la justicia entre las esposas, anula la fantasía de que un hombre puede tener tantas esposas como le plazca; esto también anula el concepto de una esposa “secundaria”, porque todas las esposas tienen exactamente el mismo estatus y tienen los mismos derechos y exigencias sobre su esposo.
 
Las aleyas dicen “casaos” – no comprad, seducid o seleccionad – ya que en el Islam el matrimonio es un contrato civil, el cual es válido únicamente cuando ambas partes lo consienten. Así, ninguna mujer puede casarse por la fuerza o ser entregada a un hombre que ya está casado, excepto si ella y su familia están de acuerdo; ya que no existe el matrimonio secreto en el Islam, la poligamia es practicada como una decisión libre de ambas partes.
 
Es evidente que la permisión para la poligamia es consistente con la visión realista que el Islam tiene del mundo, que permanece aplicable a las variadas necesidades sociales, problemas y variaciones culturales, para todos los tiempos y en todos los lugares.
 
 
 

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