La mujer musulmana y el cuidado de su salud

16/04/2009| IslamWeb

La moderación con la comida y la bebida

 
La musulmana cuida bien de su cuerpo, promoviendo su buena salud y vigor. Ella es activa, no come en exceso, solamente come lo necesario para mantener su salud y energía. Esto es en concordancia con la guía de Al-lah, Glorificado sea, Quien Dice (lo que se interpreta en español): {Y comed y bebed con mesura, porque Al-lah no ama a los inmoderados.} [Corán 7:31]
 
El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, también aconsejaba la moderación en la comida y la bebida: "No hay peor receptáculo que los hijos de Adán llenen por demás que sus propios estómagos. Pero si deben llenarlo, entonces que asignen un tercio para la comida, un tercio para la bebida y un tercio para el aire". [Ahmad]
 
‘Umar, que Al-lah Esté complacido con él, dijo: “Tened cuidado de llenar vuestros estómagos con comida y bebida, porque es dañino para el cuerpo y causa dolencia y pereza a la hora de efectuar las oraciones. Sed moderados tanto en la comida como en la bebida, pues es más saludable para vuestros cuerpos y os ayuda a erradicar de vosotros la prodigalidad. Al-lah, Glorificado sea, detesta al hombre glotón (es decir, quien se deleita con una vida de lujos, entre ellos la buena comida en demasía), y quien prefiera sus deseos por sobre su religión se habrá condenado”.
 
La abstinencia de sustancias prohibidas
 
La musulmana también se pone a resguardo de las drogas y de los estimulantes, especialmente los que son claramente conocidos como haram.
 
El cuidado de la boca y los dientes
 
La musulmana inteligente cuida su boca, pues nadie tiene que percibir un desagradable olor proveniente de ella. La musulmana se lava los dientes con un siwak o un cepillo de dientes y una pasta dental después de cada comida. Ella revisa sus dientes y visita al dentista al menos una vez al año, aunque no sienta ningún dolor, a fin de mantener sus dientes saludables y fuertes. Además, consulta a los otorrinolaringólogos (los doctores especializados en oídos, nariz y garganta) si es necesario, para que su respiración permanezca limpia y fresca. Esto es lo más conveniente para una mujer.
 
‘A’ishah, que Al-lah Esté complacido con ella, solía ser muy aplicada en el cuidado de sus dientes. Ella nunca se olvidaba de limpiarlos con un siuak. Al Bujari relató de ‘Uruah, que Al-lah Esté complacido con él, vía Muyahid: “Escuchamos a ‘A’ishah, la Madre de los Creyentes, limpiando sus dientes en el cuarto...”
 
‘A’ishah, que Al-lah Esté complacido con ella, dijo: “En cualquier momento del día o de la noche en que el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, se levantaba, él siempre se limpiaba los dientes con un siwak antes de efectuar el wudu’". [Ahmad]
 
La preocupación del Profeta por la higiene bucal era tan grande, que dijo en una ocasión: “Si no fuera porque temo agobiar a mi Ummah, les hubiera ordenado usar el siwak antes de cada oración”.
 
A ‘A’ishah, que Al-lah Esté complacido con ella, le fue preguntado: “¿Qué es lo primero que hacía el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, cuando llegaba a la casa?”. Ella contestó: “Usar el siwak”. [Muslim]
 
Estas cuestiones son muy importantes en la personalidad de la mujer musulmana, pues realzan su naturaleza delicada, su belleza y elegancia. También están en el corazón del Islam, pues el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, instó a la pulcritud en varias ocasiones, y repudió los olores desagradables, así como también la apariencia repulsiva. Él dijo: "Quien coma cebollas, ajos o puerros, no debe aproximarse a nuestra mezquita; pues lo que es desagradable para los hijos de Adán, es desagradable también para los Ángeles". [Muslim]
 
El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, desaprobó que fueran a la mezquita aquellos que habían comido esos vegetales fuertes para no incomodar a la gente y a los Ángeles debido a su mal aliento.
 
Dormir bien
 
La musulmana prudente evita los malos hábitos que muchas mujeres han adquirido en las sociedades desviadas de la guía de Al-lah, Glorificado sea, y Su Mensajero. Por ejemplo, permanecer hasta tarde de la noche para desperdiciar el tiempo en recreaciones ociosas. Ella preferentemente se va a dormir temprano y se levanta temprano, para comenzar las actividades del día con energía y entusiasmo. No debe debilitar su energía permaneciendo largas horas por la noche y con malos hábitos. Ella siempre se mantiene activa y eficiente para que sus quehaceres del hogar no la agoten y pueda cumplir con sus objetivos.
 
Practicar ejercicios regularmente
 
La mujer musulmana no debe olvidar mantener su buena condición física y energía, siguiendo las saludables prácticas recomendadas por el Islam. Pero no se encuentra satisfecha solamente con lo natural, es decir, la dieta saludable referida anteriormente. Ella también sigue un plan organizado de ejercicios apropiados para su condición física, peso y edad. Estos ejercicios le proporcionan a su cuerpo agilidad, belleza, buena salud, fuerza e inmunidad a las enfermedades. Además, la predispondrá mejor para llevar a cabo sus obligaciones y la volverá más apta para cumplir su rol en la vida, ya sea como esposa o como madre, sea joven o anciana.
 
La musulmana comprende que la creyente fuerte es más amada por Al-lah, Glorificado sea, que la creyente débil, así como lo enseñó el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam. Por lo tanto, siempre procura fortalecer su cuerpo por medio de un modo de vida saludable.

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