Consejos para ayudar a los niños a tener respeto por la mezquita (Parte I)

30/09/2009| IslamWeb

Cuando mi hija tenía dos años y medio, me animé a ir a la mezquita para realizar el Tarawih una noche. Me había quedado alejada de la mezquita cuando ella era chica porque era menor y sabía que era difícil de controlar y podría ser muy molesta. A pesar de ser muy pequeña, con dos años y medio de edad, pensé que ya estaba preparada. No solía hablarnos durante el rezo en casa y siempre esperaba el segundo Taslim para quejarse o llorar. Le encantaba sacar su pequeña alfombrita y rezar junto con nosotros en casa. Elegí pues llevarla a la mezquita un día de semana, ya que habría menos gente si mi brillante plan salía mal. Después del primer Takbir, me miró y sonrío y se paró a mi lado. Al final de la recitación de Surat Al Fatihah pronunció un potente ¡AMEEEN! Cuando hubo terminado el rezo le dije que lo hizo muy bien y le di un abrazo fuerte. Yo estaba muy feliz, pues, después de dos años de embarazo y amamantamiento, por fin podía volver a la mezquita.

 
Justo cuando me levantaba para realizar Salat us Sunnah, una mujer se me acercó y me dijo que traer niños a la mezquita es inaceptable y que incomoda a los demás. Marcadamente afectada, ofendida y decepcionada, salí de la mezquita y me dirigí a mi casa. En el camino fui meditando sobre las cosas pequeñas que mi hija pudo haber hecho para incomodar. ¿Sería cuando dijo: ¡Amén!? Los hombres lo dicen también en voz alta. ¿Pudo aquello incomodar tanto que aquella hermana perdió completamente la concentración? Para algunos, es posible. ¿Me equivoqué al traer a mi hija a la mezquita? ¿Era ella muy pequeña aún?
 
Siempre quise presentarles a mis hijos la mezquita tan pronto como sea posible y tan frecuentemente como sea posible, de manera que se convierta en un segundo hogar para ellos cuando sean mayores. Conforme avanzaba la noche, mi confusión se fue tornando en resentimiento, ¿cómo se atrevía esa mujer a pedirme que saliera de la casa de Al-lah en el bendito mes de Ramadán? ¿Acaso esta mujer no tuvo hijo alguno? ¿Estaba su comentario basado en conocimiento islámico puro y auténtico? Corrí a mi computadora y empecé a buscar en bases de datos sobre Corán y Hadiz.
 
Poco después, encontré el Hadiz que buscaba. El Hadiz relata que el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, estaba dirigiendo cierta vez el Salah de la tarde con uno de sus nietos. Puso al niño abajo junto a su pierna derecha e inició el Salah. Durante el Salah, el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, hizo una prosternación (Suyud) muy prolongada.
 
Uno de los Sahabah levantó su cabeza para ver si todo estaba bien y vio que el niño estaba sobre la espalda del Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam.
 
Luego que la oración fue terminada, la gente dijo: “¡Mensajero de Al-lah! Durante tu Salah hiciste el Suyud y lo prolongaste tanto que pensamos que algo malo había sucedido o que estabas recibiendo la revelación”. A esto, él respondió: “Nada de eso sucedió. Más bien, fue que mi nieto me convirtió en su montura y no quise apresurarle hasta que haya satisfecho su deseo”. [An-Nasa´i, Ibn ´Asakir y Al Hakim]
 
Uno de los Sahabah vio al Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, cargando a su nieta Humama, hija de Zainab. Cuando hacía el Suyud la dejaba en el piso, y cuando se ponía de pie la cargaba sobre su cuello. [Al Bujari y Muslim]

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