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Reflexiones de la Shari’ah sobre la crisis económica mundial (Parte 3)

Reflexiones de la Shari’ah sobre la crisis económica mundial (Parte 3)

· Fracaso de la libre economía:
La crisis fue la más grande prueba de que la teoría de la libre economía que se había promovido el sistema financiero moderno era un completo fraude. Pues dejar las puertas abiertas a la competencia y a que el individuo haga lo que quiera en términos económicos, sin establecer límites y controles para el crecimiento de los bienes, generó que el dinero se concentrara en unos pocos, lo que llevó a que hubiera un desbalance en la repartición de la riqueza y que, al mismo tiempo, la sociedad se dividiera en diversas clases, contradiciendo por completo lo que Dice Al-lah (que se interpreta en español): {Esto para que el botín no sea un privilegio de los ricos.} [Corán 59:7]
Además, las medidas que tomaron los gobiernos como respuesta a la crisis fue un fuerte revés al sistema económico y financiero occidental, ya que intervinieron las instituciones bancarias, inmobiliarias, de seguros y de inversión, limitando la libertad que elogiaban antes, incluso a la propiedad misma.
· Caída del capitalismo:
Los últimos acontecimientos sucedidos en todo el mundo dejaron bien claro que el capitalismo fracasó en su intento por establecer una estabilidad, igualdad y justicia económica. Pese al optimismo y orgullo de los economistas, el cual creció aún más tras la caída del comunismo, al punto que uno de los más prominentes especialistas en la materia, como lo es Francis Fukoyama, llegó a afirmar: “La sociedad estadounidense es la muestra de perfección a la que puede llegar la humanidad, después de ella no habrá nada más”. La caída fue tan dura que el mismo presidente francés, Nicolás Sarkozy, dijo: “Nos encontramos en el punto en el que necesitamos reconstruir por completo el sistema monetario, económico y financiero mundial desde la raíz”.
· ¿Qué pasó con los defensores del sistema económico?:
Después de que todo se desmoronó, la vergüenza cayó sobre todos aquellos que se jactaban de ser parte de un sistema único e infalible. Pero los que más humillación recibieron fueron los responsables de las economías de muchos países musulmanes, quienes como colas seguían lo que les dictaban desde afuera, pues frente a todo el mundo quedaron como los hipócritas y mentirosos que eran.
· Se dieron la vuelta como si nada hubiera pasado:
Una vez el mundo salió del shock producido por el desplome de la economía, los fanáticos del capitalismo salieron a la defensa de lo que había ya comprobado que era un total fracaso: la teoría del capitalismo. Alegaron que el problema no se encontraba en el sistema, sino que fue la aplicación lo que había fallado, y que, por ende, solo se necesitaba hacer unos pequeños ajustes para que todo marchara a la perfección. Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {Diles: Reflexionad en todo cuanto hay en los cielos y en la Tierra; pero [sabe ¡Oh, Muhammad!] que para quienes Al-lah Decretó la incredulidad, no se beneficiarán de los signos ni de los Mensajeros.} [Corán 10:101] Así sucedió, vieron cómo sus teorías económicas fracasaron, frente a sus ojos se evidenció la falsedad de sus suposiciones y todo se les derrumbó a causa de su ego; pero aún así siguen obstinados en que ellos están en lo correcto, y que el único sistema que puede cumplir con los propósitos económicos de la humanidad es el capitalismo… dieron la vuelta e hicieron como si nada hubiese pasado.
· El riesgo que se corrió al querer separar al Islam de los asuntos económicos:
Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {Dijeron [burlándose de él]: ¡Oh, Jetró! ¿Es que tus oraciones son las que te ordenan que dejemos aquello que adoraron nuestros padres, y que no podamos hacer con nuestros bienes lo que queramos? ¿Acaso crees que solo tú eres tolerante y honrado [y nuestros antepasados no]?} [Corán 11:87] Estas fueron las palabras que salieron de las bocas de los defensores del capitalismo en el mundo islámico, quienes alegaban que había que separar la religión de la economía supuestamente para que esta creciera. La religión no prohíbe que la sociedad crezca económicamente, todo lo contrario, promueve que haya un desarrollo económico igualitario y justo para todo; por ello, establece como principio básico en las transacciones que se realizan entre la gente, el Iman (la fe), la Taqwa (el temor a Al-lah, la complacencia de Al-lah) y la moral, además de establecer los lineamientos sobre los cuales un sistema económico y financiero prosperará y se solidificará. Esta crisis solo demostró que cuando se separa la religión de cualquier aspecto de la vida humana, viene la ruina y la desgracia.
· Los preceptos de la Shari’ah le dan seguridad y estabilidad a la economía:
El alejamiento de los principios establecidos por la Shari’ah para las transacciones comerciales entre las personas, y el hecho de haber preferido el interés y la usura en los prestamos que dieron o tomaron, la venta de las deudas, la especulación, etc., fue lo que produjo que los imperios económicos que se habían construido se vinieran al suelo.
· Unas buenas bases permiten la construcción de una edificación firme:
{Quien construye sobre la base de la piedad y la complacencia de Al-lah es mejor que quien lo hace sobre la orilla de una tierra húmeda a punto de hundirse y precipitarse al fuego del Infierno. Ciertamente Al-lah no Guía a los inicuos.} [Corán 9:109] La creencia en la que nos basamos es que no hay prosperidad, éxito ni ganancias sino en la revelación divina. No como pretenden los inicuos, quienes creen que no hay progreso económico si no hay instituciones financieras que traten con el interés, la usura y los seguros.

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