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Viviendo con nuestros parientes (Parte 1)

Viviendo con nuestros parientes (Parte 1)

No vea su hogar como su territorio, sino más bien como un esfuerzo en conjunto en el que cada quien tiene un papel que desempeñar.

Abu Hurairah, que Al-ah Esté complacido con él, narró que el Mensajero de Al-lah, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, dijo: “Quien crea en Al-lah y en el Último Día debe decir cosas buenas o guardar silencio, quien crea en Al-lah y en el Último Día no debería lastimar ni insultar al prójimo, y quien crea en Al-lah y en el Último Día debe convidar a sus huéspedes con generosidad.”[Al Bujari]
Convivir con nuestros parientes –ya sea con la suegra, el suegro o cualquier otro familiar- es algo que muchos de nosotros tendremos que enfrentar en algún momento de nuestra vida. A veces se trata simplemente de una visita breve de algún primo o de los suegros, y a veces se trata de visitas que se extienden por un periodo de tiempo largo. Sin importar cual sea el caso, hay maneras que nos permiten lidiar con los problemas comunes que pueden surgir por estar tan cerca de nuestros parientes, y hay métodos que podemos usar para preservar esas relaciones tan importantes a pesar de los problemas.
La realidad es que nuestros parientes tienen derechos sobre nosotros, ya que Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {Tu Señor Ha Ordenado que no adoréis sino a Él y que seáis benévolos con vuestros padres. Si uno de ellos o ambos llegan a la vejez, no seáis insolentes con ellos y ni siquiera les digáis: ¡Uf! Y háblales con dulzura y respeto. Trátales con humildad y clemencia, y ruega: ¡Oh, Señor mío! Ten misericordia de ellos como ellos la tuvieron conmigo cuando me educaron siendo pequeño. Vuestro Señor Es Quien mejor Conoce lo que hay en vuestros corazones. Si sois piadosos [no temáis por las faltas cometidas], puesto que Él Es Absolvedor con quienes se arrepienten. Ayuda a los parientes, también al pobre y al viajero insolvente, pero no des desmesuradamente.}[Corán 17:23-26]
Usted podría ser una de esas personas que resultan adorar a su familia política o a sus parientes, pero incluso quienes nos preocupamos a fondo tenemos un límite en cuanto a qué tanto estamos dispuestos a ceder en nuestro propio hogar. Ciertamente esto es una prueba para nuestra paciencia, y para la mayoría de la gente también puede ser una tensión muy seria en el matrimonio. Pero como dice el dicho: “querer es poder”; y en verdad existen ciertas técnicas que nos permiten hacer frente a esta situación sin ofender y sin lastimar los sentimientos de nadie, solo tenemos que querer. Y recuerde que va a necesitar mucha fuerza de voluntad.
Ruptura con su ideal
Antes de casarnos –e incluso después también- todos tenemos nos imaginamos cómo será nuestro matrimonio. Nadie sueña con terceros entrometiéndose en este ideal, excepto si hablamos de los propios retoños. Así, cuando un pariente se muda con nosotros, estamos atrapados en una situación embarazosa; y ver que nuestro sueño está amenazado puede ser un verdadero shock y una gran decepción. Una vez que nos demos cuenta de que muchos de nuestros sentimientos negativos son el resultado de esa decepción por la “pérdida” de nuestro hogar ideal, será más fácil –si Al-lah Quiere- que enfrentemos y calmemos cualquier resentimiento que podamos tener en ciertas ocasiones. Si bien al principio podríamos estar hasta enojados por la situación, si esta es inevitable entonces no nos queda de otra sino hacerle frente lo mejor que se pueda.
Podemos recordar lo que Al-lah nos Dice sobre quienes dan en caridad y reprimen su enojo (lo que se interpreta en español): {Quienes hacen caridad, tanto en los momentos de holgura como en la estrechez, controlan su cólera y perdonan a los hombres, sepan que Al-lah Ama a los benefactores.}[Corán 3:134]
Esto se debe a que esta cuestión se reduce a un solo factor: obligación. Nuestra deber es sólo para con nuestros padres y ningún otro familiar tiene el mismo derecho, a excepción de la hermana soltera o los hermanos menores y no hay nadie más que pueda cuidar de ellos. Ha de saber que esta es una obligación literal, no es algo opcional en nuestra fe. Si considera la situación desde esta perspectiva es más fácil aceptarla.
Yarir reportó que el Mensajero de Al-lah, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, dijo: “Quien carece de ternura carece de bondad.” [Muslim]
Aunque podría resultar difícil cuando nos encontramos afligidos por la “pérdida” de nuestro ideal, debemos tener compasión de la situación de nuestros padres. Hay que tener en cuenta que ellos también han renunciado a su libertad, independencia y privacidad dada su edad avanzada. Asimismo, tiene que comprender que ellos en su vejez tal vez no tengan otra opción más que mudarse con usted –en el caso que su esposo sea el hijo mayor, o no haya nadie más que pueda responsabilizarse por ellos- por lo que todos están en el mismo barco: pérdida de privacidad, libertades e ideales.

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