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La Mezquita: un centro para la Da’wah, la prédica y las relaciones públicas

La Mezquita: un centro para la Da’wah, la prédica y las relaciones pْblicas
En el medio de muchos ataques, sobre el Islam de todas las direcciones, por parte de sus enemigos, la mezquita cumplió con sus deberes de defender la religión contra los incrédulos y sus aliados. Se narra en un hadiz auténtico que Hassan ibn Zabit, el poeta del Profeta, solía recitar poemas manifestando las buenas cualidades del Islam dentro de la mezquita. Él defendía al Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, y a los musulmanes mostrando sus buenas cualidades y virtudes. Además, cuando había algún asunto importante, los musulmanes eran llamados para reunirse en la mezquita y eran informados sobre el mismo.
Nuestras instituciones educativas actuales necesitan darse cuenta de estos hechos. Ellos tienen que estar conscientes de que la separación entre la Shari’ah y las ciencias experimentales no debe existir en ninguna comunidad musulmana. Las ciencias experimentales, tales como la física, la química, la ingeniería, la medicina, la geología, etc., no contradicen las creencias islámicas. Por el contrario, los musulmanes son animados a contemplar y reflexionar sobre el universo y aprender de los signos de Al-lah contenidos en él. Del mismo modo, las ciencias sociales como la sociología, las ciencias económicas, políticas, etc. están para operar dentro de las directrices de la Shari’ah, la cual provee la solución a muchos de nuestros problemas contemporáneos. Cuando las enseñanzas islámicas son aplicadas correctamente en el campo educativo, surgen individuos bien formados, quienes, además de ser expertos en sus disciplinas, sirven como juristas en asuntos religiosos. Los musulmanes tienen el deber de estar conscientes de la importancia de la mezquita en sus vidas. Luego, esta conciencia tiene que ser traducida en obras al frecuentar y mantener la mezquita.
Etiquetas de la mezquita
La mezquita es la Fortaleza de la fe, el guardián de una sociedad virtuosa, la casa de los virtuosos, el lugar de encuentro de los musulmanes, el centro de consulta y consejo mutuo, y la primera escuela de la que los musulmanes se gradúan. Cuando se hace el llamado a la oración cinco veces al día, la comunidad se reúne para la oración en grupo, y todos los musulmanes, sin importar su raza, color, estatus social y económico, se levantan ante su Señor en respuesta a Su llamado.
La mezquita tiene ciertas etiquetas y códigos de conducta, los cuales deben ser considerados cuando se asiste a ella:
· Al entrar y al abandonar la mezquita
Al dirigirnos hacia la mezquita, lo hacemos con calma y humildad en el corazón, y con súplicas y la mención de Al-lah en los labios. Una de las súplicas que el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, solía hacer, era: “En al Nombre de Al-lah, pongo mi confianza en Al-lah. No hay poder ni fuerza sino con Al-lah”. [Abu Dawud y At-Tirmidhi]
Al entrar a la mezquita lo hacía primero con el pie derecho y decía: Oh, Al-lah, Perdona mis pecados y Abre para mí las puertas de Tu misericordia”. Del mismo modo, cuando abandonaba la mezquita, solía salir primero con el pie izquierdo y decía: “Oh, Al-lah, Perdona mis pecados y Abre para mí las puertas de Tu recompensa”.
Cierta vez, el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, escuchó el sonido de la gente corriendo para realizar una oración que ya había comenzado, y les dijo: “… Cuando vienen para el Salat, vengan con calma y tranquilidad. Realicen la parte que puedan de éste (con el grupo) y completen lo que han perdido”. [Bujari]
· Realizar dos Rakats como saludo a la mezquita
El Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “Cuando entren a la mezquita, deben realizar dos Rak’as antes de sentarse”. [Bujari] Sin embargo, si alguien entra a la mezquita después de que se hizo el Iqamah (la llamada para iniciar el Salat), no debe comenzar ningún otro Salat. Por otro lado, si comienza un Salat Sunnah, y se hace el Iqamah antes de que lo haya completado, debe proceder a terminarlo rápidamente o interrumpirlo y unirse a la congregación. En Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “Si se ha hecho el Iqamah, entonces ningún otro Salat debe ser realizado sino el obligatorio”. [Bujari y Muslim]
· Hacer filas ordenadamente
Antes de comenzar el Salat, la congregación debe formar filas sin dejar ningún espacio en ellas. El Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, solía asegurarse de que las líneas estuvieran en orden y decía: “Ciertamente, hacer las filas rectas es parte de la realización correcta del Salat”, y: “Apéguense y alineen sus filas”. [Bujari y Muslim]
· Niños en la mezquita
Anas ibn Malik, que Al-lah Esté complacido con él, dijo: “Nunca he visto a nadie más bondadoso con los niños que el Mensajero de Al-lah”. [Muslim] Los niños son los líderes del futuro y los portadores del Islam a la posteridad, y no se les debe negar las bendiciones de la mezquita. Por lo tanto, los padres deben dejar que sus hijos (hombres y mujeres) los acompañen a la mezquita, para que ellos se acostumbren a los actos islámicos de adoración y crezcan en obediencia a Al-lah. El Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, solía llevar a sus nietos a la mezquita. Abu Hurairah, que Al-lah Esté complacido con él, reportó: “El Profeta estaba dando un sermón, y Al Hassan y Al Hussain (los nietos del Profeta) llegaron usando dos camisas rojas y se estaban tropezando mientras caminaban. El Profeta se bajó del púlpito, los alzó y los puso en frente de él. Luego dijo: “Al-lah y Su Mensajero han dicho la verdad. “Ciertamente, vuestras riquezas y vuestros hijos son una prueba”. Vi a estos dos niños caminando y tropezando, me apresuré, corté mi sermón y baje a alzarlos”. [Abu Dawud y Tirmidhi] Para mostrar su preocupación por los niños, él, sallallahu ‘alaihi wa sallam, solía decir: “En verdad, comienzo el Salat con la intención de prolongarlo. Pero cuando escucho el llanto de un niño, lo acorto sabiendo cuánto su llanto perturba a su madre”. [Bujari y Muslim]
Entrenar a los niños a asistir a la mezquita con nosotros es más importante cuando la mezquita es probablemente el único lugar para que ellos reciban educación islámica y se encuentren con otros musulmanes virtuosos. Los padres y los mayores, al mismo tiempo que les enseñan los modales para estar en la mezquita, deben tener la voluntad de tolerar las distracciones que inevitablemente causan los niños, porque esta es la única forma de preparar a nuestras futuras generaciones para sus responsabilidades hacia nuestra religión.

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