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Él derecho a la vida

El derecho a la vida

Al-lah Todopoderoso honró al ser humano y lo creó con Su propia Mano, e insufló en él de Su espíritu. Luego, hizo que Sus ángeles se prosternaran ante él y le sometió todo lo que está en los cielos y en la Tierra, todo proveniente de Él. Además, lo convirtió en un sucesor en la Tierra y le otorgó talentos y bendiciones para que pudiera dominar la Tierra. Lo prefirió sobre todas las bestias y animales. El ser humano no puede cumplir sus objetivos a menos que tome sus derechos en su totalidad. A la vanguardia de dichos derechos, que están garantizados por el Islam, está el derecho a la vida, que es un derecho inviolable.

Al-lah, Exaltado sea, dice: {No matarán a nadie que Dios prohibió matar, salvo que sea con justo derecho} [Corán 6:151]. El derecho que permite tomar almas fue explicado por el Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) cuando, según los reportes, dijo: “No está permitido derramar la sangre de un musulmán, excepto en tres casos: la persona casada que comete adulterio, una vida por una vida, y aquel que abandona su religión y se separa del grupo” (Muslim).

Debido a su gran preocupación por la protección de la vida, el Islam amenaza con el castigo más severo a aquellos que consideran permisible matar. En el Corán, Al-lah Todopoderoso dice: {Quien asesine a un creyente con premeditación será condenado a permanecer eternamente en el Infierno, además caerá en la ira de Dios, y recibirá Su maldición y un castigo terrible} [Corán 4:93].

También, está claramente indicado en los hadices auténticos que matar a un creyente es uno de los pecados más graves. En un hadiz a través de Al Bará Ibn Azib (que Al-lah esté complacido con él) el Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) dijo: “Si este mundo fuera a ser destruido, eso sería menos significativo ante Al-lah que el asesinato ilegal de un creyente” (Ibn Mayah). En otro hadiz bajo la autoridad de Abu Said Al Judri (que Al-lah esté complacido con él) el Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) dijo: “Si todos los habitantes de los cielos y los de la Tierra participaran en derramar la sangre de un creyente, Al-lah los arrojaría (a todos ellos) en el Fuego” (At-Tirmidhi). También, Ibn Omar (que Al-lah esté complacido con él) narró que el Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) dijo: “A aquel que colabore en (derramar) la sangre de un musulmán, incluso con media palabra, se le escribirá entre sus ojos en el Día del Juicio: ‘Desesperado por la misericordia de Al-lah’” (Al Baihaqui).

El Noble Corán nos prohíbe matar a nuestros hijos por miedo a la pobreza y el hambre. Una aleya coránica dice: {No maten a sus hijos por temor a la pobreza. Yo los sustento a ellos y a ustedes. Matarlos es un pecado gravísimo} [Corán 17:31]. En otra aleya que habla sobre una práctica que era común entre los árabes durante la era preislámica de ignorancia, Al-lah, Glorificado sea, dice: {Cuando se les pregunte a las niñas que fueron enterradas vivas por qué pecado las mataron} [Corán 81:8-9]. Esto aplica por igual a los no musulmanes que viven bajo el gobierno de una nación musulmana y firman un acuerdo de protección con el gobernante musulmán, sean judíos o cristianos. Abdul-lah Ibn Amr Ibn Al ‘As (que Al-lah este complacido con él) narró que el Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) dijo: “Quien haya matado a un muáhid (una persona a la que los musulmanes le han otorgado la promesa de protección) no olerá la fragancia del Paraíso, aún si esta fragancia se puede percibir a una distancia de cuarenta años” (Bujari). Además, Al-lah, Glorificado sea, dice: {Si ellos los dejan tranquilos y no los combaten y proponen la paz, sepan que Dios no los autoriza a agredirlos} [Corán 4:90].

Esto aplica también a quien comete suicidio. Al-lah Todopoderoso nos advierte contra esto, diciendo: {No se maten a ustedes mismos. Dios es Misericordioso con ustedes} [Corán 4:29]. Abu Hurairah (que Al-lah esté complacido con él) narró que el Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) dijo: “Aquel que comete suicidio colgándose, se seguirá colgando a sí mismo en el Infierno; y quien comete suicidio apuñalándose, se seguirá apuñalando a sí mismo en el Infierno” (Bujari).

Por lo tanto, Al-lah Todopoderoso legisló la retribución y pena de muerte para el asesino intencional como venganza de su acto y purificación para la sociedad. Al-lah Todopoderoso dice: {En [la aplicación de] la retribución legal está [la preservación de] la vida, ¡oh, dotados de intelecto!, para que alcancen la piedad} [Corán 2:179]. Incluso en el homicidio involuntario, Al‑lah no exime al asesino de la responsabilidad. Más bien, le impone la obligatoriedad de liberar a un esclavo y dar rescate. Si no puede liberar a un esclavo, debe ayunar durante dos meses consecutivos. El Islam ordena el rescate o compensación económica para que las personas no tomen a la ligera el asesinato y para inspirar respeto por el alma humana.

Sin lugar a duda, aquello por lo que los siervos rendirán cuentas en primer lugar en el Día del Juicio es el asesinato. El erudito andaluz Ibn Hazm (que Al-lah lo tenga en Su misericordia) dijo: “No conozco ningún pecado, después del politeísmo, que sea mayor que matar sin derecho a un creyente o abandonar la oración”. Está reportado que el Profeta (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) dijo: “Al-lah puede perdonar todo pecado, excepto a alguien que muere en la incredulidad o alguien que mata a su hermano (musulmán)” (An-Nasa’i). En otro hadiz, él (la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) dijo: “Un siervo continúa protegiendo su fe (y, por lo tanto, espera la misericordia de Al-lah) en tanto no derrame sangre injustamente” (Bujari y Muslim].

Esto es el Islam. Vino para preservar el alma humana y la sangre de los musulmanes, para que la gente no tome el derramamiento de sangre a la ligera.

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