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Ama a tu hermano por la causa de Al-lah

Ama a tu hermano por la causa de Al-lah

En nuestra sociedad contemporánea, los amigos se hacen en la escuela, en la vecindad e incluso en Internet. Los amigos se hacen y se conservan por varias razones. Las personas se hacen amigos de otros con quienes comparten intereses comunes, hobbies e incluso vicios. La meta final de una amistad es a menudo simplemente obtener compañía, un deseo de pasar el tiempo con alguien, hacer cosas que ambos disfrutan. Un musulmán tiene que escoger a sus amigos más crítica y cuidadosamente.

 Ciertamente, los musulmanes, como todos los demás, quieren amigos con quienes compartir intereses y con quienes sea divertido estar. Todos disfrutamos tener un día de campo con un amigo, o salir a cenar con amigos, y ¿a quién no le gustaría asistir a una reunión con algunos de sus mejores amigos? Pero, eso no es lo único de lo que se trata una verdadera amistad islámica. De hecho, una amistad islámica no es tan simple. En el Islam, las verdaderas amistades están unidas por la hermandad, tan unidas que son más fuertes que las amistades típicas. Ellos están unidos por una razón más elevada y una meta más grande.
 
Los musulmanes hacen amigos sabiendo que la relación que establecerán es una unión importante entre dos personas que comparten metas comunes. Su amistad pasa a existir primeramente por la voluntad de Al-lah, el Todopoderoso. El amor y la camaradería que nace de tal amistad es un beneficio secundario, con seguridad.
 
El amor verdadero por la causa de Al-lah:
 
El amor por otros viene de diferentes formas. El amor entre un esposo y su esposa es una de esas formas, la amistad es otra forma. Sin embargo, todas las formas de afecto que cualquier persona pueda sentir por otra, por el propósito de este artículo, en adelante serán referidas como amor.
 
Hablando de manera realista, el amor puro por otra persona sólo por la causa de Al-lah, es difícil. Algunas personas pueden lograr esa clase de amistad, por la cual Al-lah Recompensa generosamente como un acto de fe. El Profeta Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam, explicó: “Dijo Al-lah: ‘Aquellos que se aman unos a otros por Mi gloria, estarán sobre Minbares de luz (una alta posición), y los Profetas y los mártires desearán tener lo mismo” (At-Tirmidhi).
 
Sin embargo, muchos de nosotros, en un intento por alcanzar este alto nivel de fe, intentamos hacer y construir amistades fuertes que nos beneficien y a nuestra Ummah. En el Islam, la verdadera amistad es hermandad – una unión que es fuerte y duradera. En esta unión, hombres y mujeres pueden encontrar la dulzura de la fe, como dijo el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam: “Existen tres cosas que, quienquiera que las logre, encontrará la dulzura de la fe: si Al-lah y su Mensajero Son más apreciados para él que nada ni nadie más, si él ama a una persona solamente por la causa de Al-lah, y si él odia retornar a la incredulidad después de que Al-lah lo Ha rescatado de ella, tanto como odiaría ser arrojado en el Fuego”(Al Bujari y Muslim).
 
La recompensa de amar a otro por la causa de Al-lah, es consistente con su importancia. Su impacto no es individual, sino que afecta a la sociedad entera. Para que la sociedad en su conjunto conviva en armonía y paz, sus miembros deben estar en paz. Si cada uno de nosotros deseara para su amigo lo que desea para sí mismo, el mundo sería un mejor lugar. Esto es lo que el Islam asegura. Si existe hermandad y unidad entre las personas, toda la sociedad estará unida.
 
El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, inculcó un amor arraigado profundamente en los corazones de los Compañeros, que Al-lah esté complacido con ellos, para crear una sociedad islámica modelo, que todos los musulmanes pudieran imitar en el futuro. El Profeta Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam, trató de eliminar el odio, los celos y la rivalidad introduciendo la hermandad, un amor sincero y la amistad. La sociedad islámica está ideológicamente construida sobre los fundamentos de la hermandad, como el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, aconsejó: “Los creyentes son como una estructura, cuyas partes se sostienen unas a otras. Los creyentes, en su natural amistad, misericordia y afecto, son como un cuerpo; si una parte sufre, el resto del cuerpo también sufrirá”(Al Bujari y Muslim)
 
Cómo amar a alguien:
 
Ya que el amor entre los creyentes es una condición de la fe en el Islam, la paz y armonía que es deseada por todos puede ser alcanzada, puesto que cada individuo se esfuerza por hacer el bien y ganar la recompensa de Al-lah. Ahora, ¿qué podemos hacer? ¿Cómo podemos estar seguros de que nuestra amistad es por la causa de Al-lah? Nuestra vida está llena de oportunidades de incrementar y mejorar nuestras amistades. Primero, como con cualquier emprendimiento, necesitamos tener intenciones claras, puras y sinceras. Con relación a las amistades existentes, las que ya tenemos, debemos hacer un esfuerzo conciente de amar a nuestros amigos por la causa de Al-lah. Cuando hagamos amigos en el futuro, también debemos tener la intención conciente de que esos nuevos amigos serán por la causa de Al-lah.
 
Después de la intención pura, necesitamos acciones sinceras. El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, recomendó una muy simple pero significativa forma para ayudar a los musulmanes a lograr la hermandad, diciendo: “Juro por El que tiene mi alma en Sus manos, que no entrarán en el Paraíso hasta que crean, y no creerán hasta que se amen unos a otros. Les hablaré sobre algo que si lo hacen, se amarán unos a otros: difundir As- Salam (saludándose unos a toros diciendo: As-Salamu ‘Alaykum) entre vosotros”(Muslim).
 
Saludarse frecuente y cariñosamente unos a otros, es el primer paso para alcanzar la hermandad ideal.
 
Podría parecer que el saludarse mutuamente con ‘As-Salamu ‘Alaykum’ es una acción fácil. Sin embargo, dada la naturaleza del hombre y la mujer, y nuestra inestabilidad emocional, a veces, estas simples palabras son difíciles de pronunciar. En otras palabras, existen tiempos cuando incluso este simple saludo es difícil de decir a alguien con quien pudimos haber tenido alguna discusión. La belleza del Islam es que es realista. Por eso, está permitido que nos tomemos un tiempo para que las cosas se “enfríen”, pero no está permitido cortar la amistad basados en un arrebato y en emociones irracionales. El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “No está permitido para un musulmán ser abandonado por su hermano por más de tres días, volteándose ambos y alejándose uno del otro cuando se encuentran. El mejor de ellos es el primero en saludar al otro” (Al Bujari y Muslim).
 
Estas enseñanzas alientan a los musulmanes a mejorarse a sí mismos, y, consecuentemente, mejorar su sociedad. “No rompáis los lazos entre vosotros, no os alejéis unos de otros, no os odiéis unos a otros, y no os envidiéis unos a otros. Sed hermanos, oh siervos de Al-lah” (Al Bujari).
 
El recuerdo y las palabras del Profeta viven en nuestros corazones y mentes. Al observar sus consejos, debemos darnos cuenta de que se supone que somos hermanos o hermanas en el Islam, porque compartimos una religión y una creencia en común. Somos hermanos y hermanas en nuestros corazones, porque compartimos una meta en común: la complacencia de Al-lah.
 
 
 

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