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Alimentar a otros: Transitando el camino de la piedad - II

Alimentar a otros: Transitando el camino de la piedad - II

 El Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas estima que entre 100 y 150 millones de personas han sido empujadas a la pobreza debido a la recesión global reciente.


Ellos no sólo están recurriendo a los bancos de alimentos para proveerse y proveer a sus familias, sino que además están yendo a los comedores comunitarios para tomar una comida caliente. Una vez más, parte del propósito del ayuno es entender lo que es tener hambre y ser pobre, sufrir en carne propia lo que se siente tener hambre y no poder comer, para de ese modo ablandar nuestros corazones y sensibilizarnos ante el sufrimiento de otros.


Al derribar esas barreras, invisibles pero fuertes, que separan a las clases sociales, y servirle comida a la gente en comedores comunitarios durante Ramadán, podrás mirar directamente a los ojos la verdadera cara del hambre y la pobreza. Como musulmanes, estamos obligados a ayudar a nuestra Ummah, pero no se espera que renunciemos a ayudar a los no musulmanes necesitados, sino al contrario, debemos ser un ejemplo de buen trato hacia todo aquel que nos rodea, musulmán o no. Con este tipo de actividades, no sólo vas a proporcionar a la gente un buen servicio por la causa de Al-lah, Glorificado sea, sino que también estarás haciendo Da’wah siendo un musulmán comprometido a aliviar el hambre de gente de todos los credos y estilos de vida.


Hacer donaciones a programas de alimentos


Muchos de nosotros trabajamos (y algunos jóvenes reciben mesada de sus padres). La caridad es esencial en Ramadán y es una puerta de entrada al aumento en las recompensas de Al-lah, el Todopoderoso. Toma la mitad de tu cheque de pago semanal o mensual (o de tu mesada) y dónalo a una organización como Islamic Relief, la Fundación Edhi, el Programa de Alimentos de las Naciones Unidas, o Acción Contra el Hambre. Si no puedes prescindir de la mitad de tu sueldo, dona un tercio. Si no un tercio, entonces un cuarto. Incluso una donación de un dólar te elevará en grados ante los ojos de Al-lah y ayudará a alguien que está hambriento. Un kilo de arroz en Pakistán cuesta alrededor de un dólar al día y puede alimentar a una familia de cuatro.


Termina ese plato de comida


Estaba leyendo el comentario de un mesero de un restaurante que estaba consternado por la cantidad de comida que la gente desperdicia. Me puse a pensar en que nosotros también tenemos la tendencia de tirar cualquier exceso de comida en nuestras casas. La cantidad acumulada de comida que la gente de nuestra familia, nuestra comunidad y nuestro mundo desperdicia en un día podría probablemente alimentar a la mayoría, o tal vez a toda la gente que no tiene qué comer durante ese día.


Ponemos demasiada comida en nuestro plato y luego no podemos terminarla, especialmente cuando estamos hambrientos. La higiene nos obliga a tirar el exceso de comida. ¿Cuál es la solución? No nos sirvamos mucho en primer lugar. Sigue el código islámico de comer sólo hasta que tengas lleno un tercio del estómago, y en consecuencia pon menos comida en tu plato, así no estarás involucrado en el crimen del desperdicio, que impregna al mundo de hoy. Dice Al-lah en el Corán (lo que se interpreta en español): {…Y comed y bebed con mesura, porque Al-lah no ama a los inmoderados.} [Corán 7:31]


Es más fácil dar consejos que seguirlos. A pesar de que puedo no ser tan joven o con tanta energía como muchos de ustedes, lectores musulmanes jóvenes, estoy decidido a lograr la recompensa de Al-lah por alimentar a otros mientras siento hambre en Ramadán. Que Al-lah, Glorificado sea, acepte todas las obras que hacemos sólo para Él.


Se reporta que el Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Aquel que ofrece una comida para que otra persona rompa su ayuno, tiene la misma recompensa que aquel que ayunó, sin que disminuya en modo alguno la recompensa de la persona que ayunó” . [At-Tirmidhi]


¡Imaginen tan maravillosa recompensa! El día que ayunamos y además alimentamos a los ayunantes, recibimos no sólo la recompensa que nos tocaba por haber ayunado, sino que también recibimos el equivalente de las recompensas de aquellos a los que alimentamos. Es tan grande la generosidad de Al-lah, no desaprovechemos esta oportunidad que sólo viene durante un mes al año.

 

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