Islam Web

  1. Ramadán
  2. Artículos
  3. Deberes de la mujer

La mujer musulmana y sus vínculos de parentesco - II

La mujer musulmana y sus vínculos de parentesco - II

 

La musulmana sabe que mantener los vínculos de parentesco trae bendiciones de Al-lah
 
La musulmana que comprende las enseñanzas de su religión, se da cuenta de que el mantener los vínculos de parentesco trae consigo bendiciones en el rizq, y trae a su vida la misericordia de Al-lah en este mundo y en el venidero. Además, todo esto hace que la gente la quiera y la elogie. Por otro lado, la ruptura de estos vínculos significaría el desastre y la miseria para ella, ganándose la ira de Al-lah y de la gente, y quedando alejada del Paraíso en la vida futura. A la mujer que incurra en la miseria y la privación, le será suficiente escuchar las siguientes palabras del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, quien dijo: "La persona que rompa los vínculos consanguíneos nunca entrará en el Paraíso" [Bujari].
 
Es suficiente con saber que la Misericordia de Al-lah le será negada a quien quebrante los vínculos de parentesco. También, ésta le será negada a todo un grupo, si entre ellos hay alguien que haya quebrantado los vínculos de parentesco, como fue relatado en el hadiz narrado por Al Bujari: "La misericordia no descenderá sobre la gente, si entre ellos se encuentra una persona que rompió los vínculos consanguíneos".
 
Por tal motivo, al gran sahabi Abu Hurairah, que Al-lah Esté complacido con él, jamás le agradó hacer súplicas a Al-lah en una reunión en la cual estuviera presente una persona que hubiera roto los vínculos de parentesco, ya que impediría que la misericordia descendiera y que los ad‘iah fueran escuchados. En una reunión de jueves por la noche, él dijo: "Exhorto a todo el que haya roto los vínculos de parentesco, a levantarse y dejarnos". Nadie se levantó después de repetir tres veces este anuncio. Entonces, un joven se levantó y fue a ver a su tía paterna a quien había abandonado hacía dos años. Cuando entró, ella le dijo: “¡Oh, sobrino mío! ¿Qué te trae por aquí?" Él dijo: "Escuché a Abu Hurairah decir tal y cual cosa". Ella le dijo: "Regresa a él y pregúntale por qué dijo tal cosa". Abu Hurairah dijo: "Escuché al Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, decir: ‘Los actos de los hijos de Adán son presentados ante Al-lah todos los jueves a la noche, antes del yumu‘ah, y los actos de quien rompió algún vínculo de parentesco no son aceptados’ [Bujari]".
 
La musulmana sensata que espera ganar la complacencia de su Señor y lograr la salvación en la vida futura, se verá profundamente conmovida por las informaciones brindadas en estos textos. Por ejemplo, que la interrupción de los vínculos de parentesco provocará una retención de la misericordia y que sus ad‘iah no serán escuchados. Para ella será una fuente de gran miseria estar en tal posición cuando realice actos que no tienen valor, o busque la Misericordia de su Señor sin recibirla. Por eso, es algo casi inimaginable que alguna vez una fiel musulmana rompa los vínculos de parentesco, o que no los restablezca en caso de que lo haya hecho sin conocimiento de las consecuencias.
 
Romper estos vínculos constituye un pecado que la musulmana, cuyo corazón está lleno de sinceridad y de deseos de obedecer a Al-lah y ganar Su complacencia, jamás cometerá. Es uno de los pecados que Al-lah ha anunciado que traerá el castigo, tanto en este mundo como en el próximo, tal cual se afirma en el siguiente hadiz: "No hay peor pecado en este mundo que oprimir a los otros y romper los vínculos sanguíneos. Al-lah precipitará el castigo a quien lo cometa, además de lo que le espera en la vida futura". [Ahmad]
 
Los actos de oprimir a otras personas y romper los lazos sanguíneos son muy parecidos el uno con el otro, por eso, el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, los mencionó juntos en este hadiz. Romper los lazos sanguíneos es una clase de dhulm (maldad, opresión), y ¿qué dhulm puede ser peor que interrumpir las relaciones con nuestros propios familiares y destruir los lazos afectivos y amorosos?
 
El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, describió la opresión que sobrevendrá cuando los vínculos sanguíneos sean cortados: "El vínculo sanguíneo o de parentesco (rahim) es una relación de unión cercana que proviene de Al-lah, el Más Misericordioso (Ar-Rahman). Dirá: ‘¡Oh, mi Señor! He estado oprimido. ¡Oh, mi Señor! He sido excluido (en referencia a los vínculos)'. Él contestará: '¿Acaso estarás contento si excluyera a quien te excluyó y cuidara a quien cuidó de ti?’" [Bujari]
 
Al-lah elevó la condición del vínculo sanguíneo o de parentesco, y lo honró derivando su nombre de uno de Sus propios nombres, es decir: Ar-Rahman. Ya que Él dijo (en un hadiz qudsi): "Soy Ar-Rahman (el Más Misericordioso), y he creado el rahim. Derivé su nombre de Mi nombre. A quien cuide del mismo, Yo cuidaré de él; y a quien lo interrumpa, Yo lo abandonaré". [Bujari]
 
Estos textos claramente confirman que aquellos que mantengan los vínculos de parentesco serán felices, amados, honrados, y disfrutarán de la fresca sombra de la Misericordia de su Señor. En cambio, quien interrumpa estos vínculos, le será negada dicha sombra y será abandonado sin obtener la misericordia, el perdón y la complacencia de su Señor.
 
Mantiene los vínculos de parentesco en conformidad con las enseñanzas del Islam
 
La musulmana verdaderamente guiada por las enseñanzas de su religión, no descuida mantener los vínculos de parentesco, y nunca deja que sus responsabilidades de madre, o la carga de tener que velar por su casa y su marido, la distraigan de mantener estos vínculos para siempre. Por tal motivo, organiza su tiempo para poder ir a visitar a sus parientes, siguiendo la enseñanza islámica que regula estas relaciones y la clasifican en un orden de prioridad y grado de cercanía. Comenzando por la madre, luego siguiendo con el padre, para luego continuar con los demás parientes, desde el más cercano hasta los otros que están emparentados de modo más distante.
 
Un hombre vino donde el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, y le preguntó: “¡Oh, Mensajero de Al-lah! "¿Quién es más merecedor de mi buena compañía?" Él respondió: "Tu madre, luego tu madre, luego tu madre, y después tu padre, y luego aquellos que estén emparentados contigo de modo más cercano". [Bujari y Muslim]
 
La mujer musulmana obtiene dos retribuciones cuando trata a sus parientes con cortesía y respeto: una por mantener la relación, y otra por dar caridad si tuviera riqueza y pudiera gastar dinero en ellos. Al hacer esto, obtendrá dos recompensas de Al-lah, Glorificado sea, y también se ganará el afecto de sus parientes. Esto fue lo que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, alentó hacer a los musulmanes. En el hadiz narrado por Zainab Az-Zaqafiah, la esposa de ‘Abdullah Ibn Mas‘ud, que Al-lah Esté complacido con él, dijo: “El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: '¡Oh, mujeres! Entregad en caridad aunque sea alguna de vuestras joyas'. Entonces, regresé a la casa de ‘Abdullah Ibn Mas‘ûd y le dije: 'Tú eres un hombre de poca riqueza, y el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, nos ha ordenado dar caridad, así que ve y pregúntale si es lícito para mí darte caridad. Si así fuera, yo lo haré; sino, daré caridad a alguna otra persona'. ‘Abdullah dijo: 'No, ve tú y pregúntale'. De ese modo, fui y encontré a una mujer de los Ansar en la puerta del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, que también tenía el mismo interrogante. Nos sentimos demasiado temerosas de entrar, por respeto. Entonces, Bilal salió y le dijimos: 'Ve y dile al Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, que hay dos mujeres en la puerta preguntando si es lícito para ellas dar sadaqah a sus maridos y a los huérfanos bajo su cuidado. Pero no le digas quiénes somos'. Así, Bilal entró nuevamente y transmitió este mensaje al Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, quien preguntó: '¿Quiénes son ellas?' Bilal respondió: "Una de las mujeres de los Ansar, y Zainab". El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, preguntó: '¿Cuál de las Zainab es?' . Bilal dijo: "La esposa de 'Abdullah" El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: 'Ellas tendrán dos recompensas, la recompensa por mantener la relación, y la recompensa por dar caridad’". [Bujari y Muslim]
 
El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: "La caridad dada a una persona pobre es caridad, y la caridad dada a un pariente gana dos recompensas: una por dar caridad y la otra por sostener los vínculos sanguíneos". [At-Tirmidhi]
 

 

Related Articles