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San Valentín, su realidad y veredicto (Parte 2)

San Valentín, su realidad y veredicto (Parte 2)

Todo musulmán debe saber que esta fiesta fue inventada por los incrédulos y que por eso es ilícito celebrarla de acuerdo con la religión del Islam. No existe diferencia de opiniones entre los eruditos musulmanes sobre esto.

 
De hecho, incluso si esta festividad hubiese sido inventada por los musulmanes seguiría siendo ilícita. ‘A’ishah, que Al-lah Esté complacido con ella, narró que el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “Quien innova algo en nuestro asunto (es decir, la religión del Islam), le será rechazado”. [Bujari y Muslim] Anas ibn Malik, que Al-lah Esté complacido con él, narró que cuando el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, llegó a Medina, encontró a la gente celebrando una fiesta de dos días que se remontaba del tiempo de la Yahiliah (la era preislámica). Él, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “Al-lah Ha reemplazad esto para ustedes con dos días mejores: el día del ‘Id Al Adha (la fiesta del sacrificio) y el día del ‘Id Al Fiter (al finalizar Ramadán)”. [Ahmad, An-Nasa’i y Abu Dawud]
 
El Imam Ibn Hayar, que Al-lah lo Perdone, dijo: “Se extrae de este hadiz que no está permitido incluso estar feliz en ningún día que sea celebrado por los incrédulos, y no está permitido parecerse a ellos. El Shaij Abu Hafs An-Nasfi llegó a decir: ‘Quien ofrece un huevo como regalo para un incrédulo en celebración por su día de fiesta, se convierte en un incrédulo’”.
 
Decimos, una vez más, que si este día hubiese sido inventado por los musulmanes, seguiría siendo ilícito celebrarlo. Entonces, es mucho peor y más terrible cuando los inventores de lates celebraciones son los desviados incrédulos. Es suficiente para nuestros eruditos musulmanes el tener que hacer su máximo esfuerzo para luchar contra las innovaciones que los musulmanes han cometido, sin tener que ir en contra de lo que los incrédulos han inventado. Teme a Al-lah, busca Su complacencia y mantente alejado de aquello que merece Su ira.
 
Al-lah nos Ha advertido sobre seguir a los incrédulos y apoyarlos, y nos Ha ordenado diferenciarnos de ellos. Él, el Todopoderoso, Dice (lo que se interpreta en español): {¡Oh, creyentes! No toméis por aliados a quienes recibieron el Libro antes que vosotros [judíos y cristianos] ni a los incrédulos. Éstos toman vuestra religión a burla y como un juego. Y temed a Al-lah, si sois creyentes.} [Corán 5:75]
 
Las festividades son parte de los rituales de las religiones, y quien cree en una religión celebrará sus festividades y no las de otra religión. Además, la desviación tiene muchos caminos, pero el más corto de todos ellos es la lealtad y a amor por los incrédulos. Si hay algo que indica lealtad y amor por alguien, es imitarlo; y la señal más clara de que se imita a un pueblo es celebrar sus fiestas.
 
¿Cómo puede ser que un musulmán acepte para sí mismo y para su familia la celebración de una festividad inmoral e innovada por los incrédulos como lo es San Valentín, la supuesta celebración del amor? ¿Cómo puede él permitir que su familia celebra la festividad de un sacerdote cristiano, Valentín, que maldijo a Al-lah día y noche diciendo “Él es uno de tres, Él engendró un hijo”, etc.? Al-lah Está por encima de lo que ellos le atribuyen.
 
Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {Dicen: El Clemente tuvo un hijo. Por cierto que han dicho algo terrible; estuvieron los cielos a punto de hendirse, la Tierra de abrirse, y las montañas de caer derrumbadas porque Le atribuyeron un hijo al Clemente. No es propio [de la grandiosidad] del Clemente tener un hijo. Todos los que habitan en los cielos y en la Tierra se presentarán sumisos ante el Clemente. Por cierto que los ha enumerado perfectamente. Todos se presentarán solos ante Él el Día del Juicio.} [Corán 19:88-95]
 
Ten cuidado con estar menos preocupado por Al-lah de lo que lo están los cielos, la tierra y las montañas. Cuidado con que los objetos inanimados sean mejores de lo que tú eres, lo cual pasará si no te preocupas por la infame fabricación hecha por los mentirosos y continúas celebrando esta y otras de sus fiestas.
Te pregunto: ¿Qué clase de amor es celebrado por estas personas que son los enemigos de la humanidad e incluso sus propios enemigos? ¿Cuántos pueblos han destruido? ¿Cuántas naciones han oprimido? ¿Cuánta riqueza de gente inocente han aprovechado y saqueado? ¿Cuánta destrucción han causado? Ellos oprimen a las personas en nombre de los “derechos humanos” y asesinan personas bajo el título de “protección”. ¿Cómo puede alguien que fabrica armas de destrucción masiva y las prueba con la gente más débil en los países más pobres venir a hablar de amor? ¿Cómo puede alguien que derrama sangre de gente inocente y aumenta el número de huérfanos y viudas ser una autoridad en amor? Con respecto a quienes castigan a los inocentes solo debido a una mera suposición de su culpabilidad, que ni siquiera está fundamentada en evidencias creíbles, ¡esta persona no conoce la justicio, mucho menos el amor! ¿Cómo puede alguien creen que aquellos que desprecian los pactos, rompen los acuerdos, no cumplen promesas y trasgreden todos los límites, saben algo acerca del amor?
 
No importa cuánto los desviados hablen sobre el amor, sus crímenes exponen la realidad de sus intenciones. No importa cuánto glorifiquen al amor, nosotros, como musulmanes, tenemos más derecho a reclamarlo; de hecho, nuestra religión se basa en él, es un pilar de la creencia, ya que nadie es creyente a menos que ame a Al-lah, al Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, al Islam y a todas sus ordenanzas. Nadie es un verdadero creyente a menos que ame a su familia, a su esposa, a sus amigos. Nadie puede alegar ser un creyente hasta que ame para su hermano lo que ama para sí mismo. Un musulmán ama todo lo que es bueno y a la gente buena, él desea el bien para todo el mundo.
 
Un musulmán ama a sus padres y no los desobedece, él les da cobijo y nunca los rechaza ni los abandona, él los cuida y nunca los castiga ni los mete a un asilo de ancianos como la gente hace en Occidente, el hogar de la inmoralidad y la incredulidad.
 
Un musulmán ama a sus hijos y provee para ellos, los trata con justicia e igualdad y es una fuente de guía para ellos.
 
Un musulmán ama a su esposa y la respeta, no la humilla ni la avergüenza, cumple con todas sus obligaciones que tiene para con ella y nunca abusa de ella.
 
Un musulmán ama a sus hermanos y los aconseja sinceramente; él nunca expone ni publica sus errores, mantiene los lazos que los unen, protege su honor y dignidad, y nunca los calumnia ni habla a sus espaldas.

Un musulmán ama a sus hermanas en la fe y las protege; las respeta bajando su mirada en frente de ellas y nunca estará a solas con una de ellas en una habitación.

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