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¿Éres un buen vecino?

¿Eres un buen vecino?

Si no respetas los derechos de tu vecino, entonces no estás cumpliendo con una parte importante de tus deberes como musulmán.

Un vecino es alguien que vive en el mismo barrio que tú; él puede ser un amigo, pero no necesariamente tiene que ser uno. La definición de vecino puede tener varios significados; por ejemplo, puede referirse a la persona que vive exactamente a lado tuyo, como el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “Uno no debe evitar que su vecino coloque su madera contra su pared”. (Al Bujari)
 
Sin embargo, también se puede referir a alguien que vive más lejos, ya que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “Ninguna oración obligatoria será aceptada de un vecino de la Mezquita, a menos que la rece en la Mezquita”.
 
Los sabios difieren respecto a quién se debe considerar un vecino. Algunos opinan que un vecino es aquel que frecuenta la misma Mezquita o lugares de reuniones sociales. Otros opinan que cualquiera que reza Al Fayr (Oración del Alba) en la misma congregación, es considerado un vecino. Otros dicen que cualquiera que viva en la misma área o distrito es tu vecino. E incluso hay quienes opinan que los vecinos están determinados por las costumbres propias de cada comunidad: cualquiera que sea tradicionalmente considerado como tal, es tu vecino.
 
Los derechos que tu vecino tenga sobre ti dependen de si es cercano o lejano, de si están relacionados o no, e incluso de si son musulmanes o no lo son.
 
  1. Los vecinos cercanos, con quienes estamos relacionados y son musulmanes, tienen tres clases de derechos:
  1. Los derechos de un vecino.
  2. Los derechos de un pariente.
  3. Los derechos de un hermano musulmán.
 
  1. Los vecinos cercanos que son musulmanes, tienen dos clases de derechos:
  1. Los derechos de un vecino.
  2. Los derechos de un hermano musulmán.
 
  1. Finalmente, los vecinos cercanos con los que estamos relacionados pero que no son musulmanes, tienen dos clases de derechos:
  1. Los derechos de un vecino.
  2. Los derechos de un pariente.
 
Es importante recalcar que un vecino cercano tiene preferencia sobre uno lejano, y que un vecino lejano tiene preferencia sobre las personas que no son vecinos.
 
El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, animaba a las personas a ser bondadosos con sus vecinos y honrarlos. El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “Quien crea en Al-lah y en el Día del Juicio, debe honrar a sus vecinos” (Al Bujari); y en un Hadiz similar dijo: “…deben ser bondadosos con sus vecinos” (Muslim).
 
El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, consideraba los comentarios de un vecino sobre su vecino como un reflejo del carácter de esa persona, sea bueno o malo. También consideraba los elogios como una señal de que la gente era buena en todas sus acciones, y las críticas como una señal de que eran malos en todas sus acciones. Básicamente, la forma en que tratas a tus vecinos, refleja directamente tu carácter personal, y cómo es tu trato hacia los demás, ya sea en los negocios o en las relaciones personales.
 
Los derechos de tu vecino.
 
  1. Las personas no deben comportarse en sus propiedades de manera que causen molestias a sus vecinos; como hacer una ventana con vista a la propiedad del vecino, o cavar un pozo justo a lado del pozo del vecino, de manera que evite que el agua llegue a su pozo. Las pruebas de esto se encuentran en las palabras del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam: “No debe haber daño ni perjudicados” (At-Tirmidhi).
Ibn Taymiyyah, que Al-lah le dé Su perdón, dijo: “Está prohibido construir un establo para los animales cerca de o adyacente a la casa de tu vecino, debido a los malos olores que los excrementos de las bestias emanan y sus continuos movimientos, los cuales no dejan dormir a la gente. De igual manera, no se debe construir un molino o un taller de herrería o algo parecido”.
Esto incluye equipos y maquinarias que emiten sonidos molestos. Si las personas realizan cualquier actividad en sus propiedades que perjudica y molesta a sus vecinos, deben suspender inmediatamente tales acciones.
 
  1. Las personas pueden construir sus casas en sus propiedades y hasta utilizar la pared de sus vecinos, siempre y cuando no tengan otra opción y sus vecinos no se vean perjudicados. Aun en estos casos, se debe pedir permiso al vecino por adelantado.
Si sus vecinos le niegan permiso, la persona puede iniciar una acción legal contra los mismos, para que las autoridades los obliguen a aceptar. La evidencia para esta acción la encontramos en el Hadiz narrado por Abu Hurayrah, que Al-lah esté complacido con él, en el que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “Uno no debe evitar que su vecino coloque su madera contra su pared”. (Al Bujari y Muslim).
 
  1. Si varios granjeros comparten una misma fuente de agua, y la misma se ve interrumpida por el mal uso que le da uno de ellos, entonces entre todos los vecinos deben buscar una solución técnica para arreglar el problema. En caso que el granjero despilfarrador se niegue a cumplir con el consenso de los demás, se aplica la misma regla prescrita en el caso de la pared.
 
  1. Si la pared común entre dos propiedades presenta daños, el dueño de una de las propiedades puede pedirle al otro que ayude en la reparación de la misma. Si este se niega a hacerlo, se lo puede obligar. También se lo puede obligar a ayudar en la demolición de la misma en caso que se haga evidente su colapso.
  
  1. Los dueños de las edificaciones más elevadas de un área deben construir algún tipo de pantalla (o división) para que no puedan ver la intimidad de las propiedades de sus vecinos. De la misma manera, quien quiera utilizar la terraza de su propiedad, deberá asegurarse de colocar una pantalla para evitar ver lo que no debe ver.
  2. Quien posea una propiedad a la que no puede acceder sino causando daño a la propiedad de su vecino, no debe hacerlo. En cambio, las autoridades competentes deben buscar una manera de solucionar el problema de tal forma que ambas partes no se vean perjudicadas.
 Así pues, sin importar la religión de nuestros vecinos, cada uno de ellos goza de los mismos derechos según nuestra religión. En ocasiones se hace difícil relacionarnos con nuestros vecinos no musulmanes, pero es nuestra obligación y también puede ser una buena manera de hacer Da‘wah (llamar al Islam).   
 

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