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La humildad, una cualidad ideal

La humildad, una cualidad ideal

Al-lah Todopoderoso describe a los creyentes en el Corán diciendo: {[…] aquellos que tienen temor de su Señor, aquellos que creen en los signos de su Señor, aquellos que no dedican actos de adoración excepto a su Señor, aquellos que dan en caridad parte de lo que se les ha concedido, y aun así sienten temor en sus corazones porque saben que comparecerán ante su Señor, ellos se apresuran a realizar obras de bien, y son los primeros en hacerlas} [Corán 23:57-60]. Uno puede preguntarse qué es lo que temen esos creyentes, siendo que se apresuran a hacer buenas obras y buscan superar a los demás en ese sentido.
Y sin embargo, nuestro asombro aumentaría si consideramos la respuesta similar de los Profetas, la paz sea con ellos, cuando se busque su intercesión en el Día del Juicio. El Profeta relató que, en el Día del Juicio, la gente "acudirá a Adam (Adán), la paz sea con él, y dirá: 'Oh, padre nuestro, pide que se nos abra el Paraíso'. Él dirá: ‘¿Qué los sacó del Paraíso sino el pecado de su padre, Adam? No estoy en posición de [interceder]; deben acudir a mi hijo Ibrahim (Abraham), la paz sea con él, el amigo íntimo de Al-lah’. [Pero, cuando vayan a él], Ibrahim dirá: ‘No estoy en posición de hacer eso. Ciertamente, no era más que un amigo lejano; deben acudir a Musa (Moisés), la paz sea con él, a quien Al-lah el Todopoderoso habló directamente’. Irán a Musa, pero él dirá: ‘No es mi lugar; deben acudir a Jesús, la Palabra de Al-lah y Su Espíritu’. Sin embargo, Jesús, la paz sea con él, dirá: ‘No estoy en condiciones de hacerlo’. Por lo tanto, vendrán a [mí], Muhammad, y se me permitirá [interceder]" (Al Bujari y Muslim).
Esta honorable respuesta de los Profetas, la paz sea con ellos, durante esas circunstancias trascendentales, indica su continuo anhelo de aumentar los actos de adoración y sus incansables esfuerzos por abandonar los pecados menores. Esta postura marca su entusiasmo por perfeccionar su servidumbre a Al-lah Todopoderoso. ¡Qué característica más sublime para un alma que anhelar siempre el rango más elevado! Tales almas nunca estarían satisfechas con alcanzar un estatus inferior a sus capacidades; por eso Abu Baker, que Al-lah esté complacido con él, por ejemplo, se propuso entrar al Paraíso desde todas sus puertas.
¿Qué es la humildad?
Ser humilde es ser consciente de los propios pecados y sentir pesar por los propios defectos, como dice Al-lah Todopoderoso: {[y entonces] digan: "¡Qué pena! Ahora estoy perdido por haber desobedecido las órdenes de Dios […]"} [Corán 39:56]. Y esta característica de la humildad aumenta con el conocimiento, como dice Al-lah Todopoderoso: {[…] Los siervos que tienen más temor devocional de Dios son los sabios […]} [Corán 35:28].
Para alcanzar la humildad uno debe autoevaluarse y esforzarse por mejorarse a sí mismo; en efecto, Al-lah Todopoderoso dice: { ¡Será bienaventurado quien purifique su alma [apartándola de los pecados]} [Corán 91:9]. Es tal la importancia de la piedad y la sinceridad que la aceptación de las buenas acciones depende de ellas, como dice Al-lah Todopoderoso: {[…] Dios solo acepta las obras de los que obran con fe sincera} [Corán 5:28]. También, el Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Dios sean con él, dijo: "[La aceptación de] las acciones [depende] de las intenciones, y una persona cargará con las consecuencias de lo que desea...". Sin piedad ni sinceridad, la caridad de los generosos, el conocimiento de los recitadores del Corán y el sacrificio de los mártires serían inútil; además, aquellos cuyas obras carecen de devoción serán los primeros en entrar en el Infierno.
Abu Ayub As-Sijtiani, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, solía decir humildemente: "Por Al-lah, no puedo afirmar que estoy seguro de haber hecho una sola obra con sinceridad"; Adh-Dhahabi, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, otro hombre piadoso, opinaba igual. Del mismo modo, Sulaiman Ibn Mahran Al 'Amash, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, dijo: "Por Al-lah, creo que mis ojos se han vuelto llorosos, porque el diablo orina en mis oídos con frecuencia". Esto se refiere al dicho del Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, que remarcó que un hombre que duerme toda la noche es uno en cuyos oídos ha orinado Satanás. Lo que es asombroso es que Sulaiman hizo ese comentario a pesar de que le gustaba rezar por las noches.
Ser humilde es recordar a menudo el Más Allá, alejarse de los placeres mundanos y estar ansioso por alcanzar la salvación. Omar, que Al-lah esté complacido con él, solía decir: "¿Cómo puedes olvidar el verso coránico en el que Al-lah el Todopoderoso nos informa lo que se dirá a los que entrarán en el Infierno: {[…] Consumieron las gracias que se les concedió en la vida mundanal dedicándose solo a los placeres. Hoy recibirán un castigo humillante por haber sido soberbios en la Tierra sin derecho alguno, y por haber sido desobedientes [a Dios]} [Corán 46:20]?". Esto lo entendió también del Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, que una vez le preguntó: "¿No te complace esta repartición: que ellos [es decir, los incrédulos] disfruten de los lujos de esta vida, y nosotros cosechemos los frutos del Más Allá?".
Y es una muestra de humildad temer el Día del Juicio, en lugar de tener esperanza y creerse seguro de lo que sucederá, cuando incluso tendrán que rendir cuentas {[…] los veraces acerca de su veracidad […]} [Corán 33:8]. {El día que sean revelados todos los secretos} [Corán 86:9], y cuando cada persona traidora será conocida por una señal. {En ese día no los beneficiarán las excusas a los que cometieron injusticias, serán maldecidos y tendrán la peor morada} [Corán 40:52], {[…] Dios ya les mostrará lo que no se imaginan} [Corán 39:47]. Al-lah Todopoderoso dirá a los malhechores: {Permanezcan en él [humillados], y no vuelvan a hablarme} [Corán 23:108].
Esta es la verdadera comprensión de la religión, porque {solo se sienten a salvo del plan de Dios los que están perdidos} [Corán 7:99]. Por esto, el Imam Al Bujari tituló un capítulo de su libro, Sahih Al Bujari: "El temor del creyente (producto de su gran humildad) a que sus actos sean anulados, sin ser conscientes de ello".
Ibrahim At-Taimiah, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, dijo: "Nunca comparé mis actos con mis palabras sin temer que fuera un mentiroso". Esto estaba en el espíritu de los compañeros, que Al-lah esté complacido con ellos, ya que Ibn Abi Mulaikah narró que de los treinta que había conocido, cada uno temía que pudiera ser un hipócrita. Ninguno de ellos afirmaba ser tan fiel como Yibril (Gabriel) o Mika’il (Miguel), la paz sea con ambos.
De hecho, esto era característico de los creyentes, como dijo Al Hasan, mientras que los hipócritas, por otro lado, se sienten a salvo y no tienen esta preocupación. Un musulmán debe cuidarse de no incurrir en la hipocresía y la desobediencia y debe arrepentirse constantemente. Al-lah Todopoderoso dice sobre los creyentes: {Aquellos que al cometer una obscenidad o injusticia invocan a Dios pidiendo perdón por sus pecados, porque saben que solo Dios perdona los pecados, y no reinciden a sabiendas} [Corán 3:135].
La humildad también requiere que nos aliemos con los creyentes y seamos leales a ellos. Al-lah Todopoderoso dice:
• {Baja tus alas para proteger a los creyentes que te sigan} [Corán 26:215].
• {Reúnete con quienes invocan a su Señor por la mañana y por la tarde anhelando Su rostro. No te apartes de ellos buscando el encanto de la vida mundanal […]} [Corán 18:28].
La gente de Nuh (Noé), la paz sea con él, le dijeron tontamente: {[…] No eres más que un mortal como nosotros, y solo te siguen los pobres y débiles de nuestro pueblo sin ninguna reflexión. No los creemos mejores que nosotros, sino que los consideramos mentirosos} [Corán 11:27]. Pero él refutó sus acusaciones diciendo: {[…] no voy a rechazar a los creyentes [pobres como me piden], porque ellos se encontrarán con su Señor [Quien los recompensará por su fe]; y veo que son ustedes un pueblo que se comporta como los ignorantes. ¡Oh, pueblo mío! ¿Quién me protegerá de Dios si despreciara [a los pobres y débiles]? ¿Es que no recapacitan? No les digo que poseo los tesoros de Dios ni que conozco lo oculto, ni les digo que soy un ángel; tampoco digo que Dios no recompensará [en la otra vida] a aquellos que ustedes consideran inferiores [los débiles y los pobres], pues Dios bien sabe lo que hay en sus almas, porque si lo dijera sería de los injustos} [Corán 11:29-31].
Otra característica de la humildad son los buenos modales que el creyente debe manifiesta en su conducta general. El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: "La arrogancia es negar la verdad y los derechos de los demás"; también advirtió: "Es suficiente pecado para una persona el despreciar a su hermano musulmán".
Por lo tanto, es una obligación religiosa para los musulmanes actuar cordialmente con sus hermanos y hermanas en la fe, por ejemplo, devolviéndoles el saludo, ayudándoles con sus quehaceres y recibiéndolos con un semblante alegre.
Y, debido a que observaron perfectamente estas normas, nuestros predecesores virtuosos fueron descritos por Al-lah Todopoderoso como {compasivos con los creyentes} [Corán 5:54], y {misericordiosos entre ellos} [Corán 48:29].
La humildad de los sahabah
Nuestros predecesores virtuosos dieron grandes ejemplos de humildad. Abu Baker, que Al-lah esté complacido con él, el primero en abrazar el Islam, humildemente se negó a guiar a la gente en la oración, diciendo: "No puedo dirigir [en la oración] al Profeta". Y se reporta que el yerno del Profeta, Ali Ibn Abi Talib, que Al-lah esté complacido con él, le dijo a su hijo Muhammad Ibn Al Hanafiah: "Tu padre es solo uno más de los musulmanes".
De manera similar, cuando Ibn Al Hadi quiso que Abu Al Hayay Al Muzzi (erudito en la ciencia del Hadiz) evaluara su memorización de hadices mezclando sus cadenas de narradores, este último le dijo: "No estoy calificado para hacer tal evaluación; Al Bujari sí lo está". Ibn Kazir, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, comentó: "Esta respuesta era más valiosa para nosotros que hacer coincidir cada hadiz con su cadena de narradores".
También, cuando un hombre le preguntó a Al Jatib Al Baghdadi, que Al-lah lo tenga en Su misericordia: "¿Es usted Al Hafiz (un alto erudito del Hadiz) y Al Jatib (el que imparte el sermón)?", respondió: "Solo soy Ahmad Ibn 'Ali Ibn Zabit; el último erudito de Hadiz fue Ad-Daraqutni".
El padre de At-Tai As-Subki −At-Taqqi As-Subki−, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, que era entonces uno de los grandes eruditos de Dar Ash-Ashrafiah, solía realizar las oraciones nocturnas donde el Imam An-Nawawi daba sus clases. Humildemente levantaba sus manos a la altura de su cara suplicando en el lugar donde An-Nawawi había estado como reconocimiento a su gran labor como erudito.
Conclusión
La humildad es mostrar el debido respeto hacia Al-lah, el Todopoderoso, y agradecerle todo lo que nos ha concedido. Al-lah, Glorificado sea, elogió a su Profeta Ibrahim, la paz sea con él, porque era humilde y se arrepentía constantemente por los posibles pecados y actos de desobediencia que temía haber cometido.
Un hombre creyente es humilde y sabio, reconoce que no es más que un siervo de Al-lah, el Todopoderoso; sabe que sus acciones son creadas por Él, que su éxito depende del decreto de Al-lah y que su progreso es gracias a Su guía. Por eso, el lema de los compañeros, que Al-lah esté complacido con ellos, era: "¡Por Al-lah! Sin Al-lah no habríamos recibido ninguna guía, ni dado en caridad ni rezado". Aprendieron esta actitud del Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, que dijo, cuando Aisha, que Al-lah esté complacido con ella, le preguntó por qué se rezaba tanto, al grado de que se le hinchaban los pies: "¿Acaso no debo ser un siervo agradecido con Al-lah?". 

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